VILLENA CIUDAD

VILLENA CIUDAD
 

Villena es un municipio y una ciudad española de la Comunidad Valenciana. Situada en el noroeste de la provincia de Alicante, limita al oeste con Castilla-La Mancha y Murcia y al norte con la provincia de Valencia. Es cabeza de partido judicial y capital de la comarca del Alto Vinalopó. Se sitúa a una altitud de 504 msnm y su término municipal abarca una extensión de 345,6 km2 (lo que lo convierte en el 2.º más grande de la provincia).
 


V I L L E N A 
El origen del nombre de la población parece provenir de Blntla (Bilyana) nombre dado por los musulmanes a la población y de donde derivaría Villena (España). El infante don Manuel le concedió el título de Villa y en 1525 el rey Carlos I, el título de ciudad. Después de la Guerra de Sucesión a la Corona de España el rey Felipe V le concedió el título de "Muy noble, muy leal y fidelísima" .Villena fue conquistada para las armas cristianas en 1240 de las manos de los caballeros de la Orden de Calatrava al mando del comendador de Alcañiz y en nombre del rey de Aragón don Jaime I el Conquistador. Esta Orden sería la encargada de la custodia del castillo hasta tanto se procediera a la entrega de la villa al rey de Castilla Fernando III el Santo en virtud del tratado de Almizra firmado en 1244. La zona fronteriza entre los reinos de Castilla y Aragón, siempre estuvo en litigio entre ambos reinos. Por el tratado de Cazorla de 1179, se establece que las poblaciones de Biar y Villena marcarían los límites entre la Castilla de Alfonso VIII y el reino de Aragón de Alfonso II. Posteriormente por el tratado de Almizra (1244) se establece y ratifica que el cercano Castillo de Villena corresponde a manos castellanas, mientras que el de Biar le corresponde a la Corona de Aragón
Nota Almizra es una palabra de origen árabe que significa "la frontera". Es una población que disponía de un castillo, en el cual se firmó el pacto antes mencionado. Hoy este castillo ha desaparecido y sobre él se ha construido la ermita de San Bartolomé. Villena siempre perteneció a la Corona castellana en contraposición al cercano Castillo de Biar que perteneció a la Corona de Aragon. El rey de Castilla Fernando III el Santo, una vez hubo tomado posesión del castillo se lo cedió a su hijo el infante don Manuel, que concedió el fuero de Lorca en 1276 a la población. En este castillo el infante don Juan Manuel, hijo del infante don Manuel antes citado, realizó buena parte de su obra literaria de sobra conocida en el mundo de las letras hispanas. Baste recordar su célebre obra que lleva por título "El Conde Lucanor". Sobre el 1260 ocurrieron las revueltas moriscas y estos volvieron a tomar el castillo, por lo que el rey de Aragón Jaime I se vió en la necesidad de pacificar la zona y volver a entregar el castillo al rey de Castilla, esta vez a Alfonso X el Sabio. El castillo permaneció en manos castellanas y más concretamente en poder de la familia de los Manuel hasta que doña Juana Manuel casó con el rey castellano Enrique II de Trastámara. Sería Enrique II quien elevaría el Señorío de Villena a la calidad de marquesado a finales del siglo XIV. En 1445 rey Juan II de Castilla concedió el marquesado de Villena a Juan Fernando Pacheco de la poderosa familia de Los Pacheco, primer marqués de Villena y duque de Escalona. A finales del siglo XV don Diego López Pacheco, segundo marqués de Villena e hijo de Juan Pacheco se declaró partidario de los derechos al trono de Juana la Beltraneja en oposición a los derechos de su tía Isabel, futura reina católica, lo que motivó que finalizada la guerra civil castellana la reina Isabel la Católica en 1480 incorporara el marquesado a la Corona castellana, después de que los habitantes del marquesado se hubieran revelado contra su señor en 1476. Durante las guerras de las Germanías, en el castillo encontró refugio don Diego Hurtado de Mendoza, virrey de Valencia que había sido derrotado en Gandía. Villena durante la Guerra de Sucesión se declaró partidaria del bando borbónico y el castillo fué refugio durante algún tiempo de sus partidarios frente a las tropas del archiduque Carlos. Aproximadamente unos 150 soldados franceses al mando del capitán de la Grosetete, encastillados en la fortaleza frente a unos 25.000 soldados austracistas. Un 17 de abril de 1707. Durante la guerra de la Independencia el castillo sufrió fuertes desperfectos, lo que ahondó en el abandono que durante el siglo XX sufrió el castillo, al perder las fortalezas el valor estratégico pasado. También durante este siglo XX el castillo fué restaurado en sucesivas veces, eliminando de sus muros algunas casas que se encontraban adosadas a sus murallas. El castillo es obra de los musulmanes, aunque seguramente sobre el terreno ya se habría alzado alguna pequeña fortificación de época romána. Es citado el castillo por crónicas árabes en 1172 (siglo XII). En su origen el castillo vendría a girar en torno a una torre de tapial mandada construir por el califa almohade Abu Yusuf Yaqub también conocido como Yusuf I. En el siglo XV se ampliaría y reforzaría el resto de las defensas en la época del marquesado de la familia Pacheco una vez ya desaparecido el peligro mahometano. Dada su condición de castillo fronterizo, el mismo adopta más su sentido de fortaleza militar que de palacio de la poderosa familia Pacheco. Por tanto todo él está concebido para la defensa militar, con poco alarde de lujo palaciego. Su construcción alberga dos partes bien diferenciadas, la parte más baja y por tanto más antigua se caracteriza por estar construida en tapial, material de construcción típicamente de origen musulmán y almohade más concretamente, mientras que las partes másaltas se utiliza el sillarejo y la piedra, que son materiales tipicos en la construcción de época cristiana. Aunque ya hemos indicado que su origen es musulmán, la gran mayoría obedece a reformas realizadas en el siglo XV. El castillo tiene planta poligonal, con dos perímetros de murallas que protegen una alta y potente torre del homenaje visible desde la lejania. La muralla exterior o antemural dispone de doce torreones redondos o semicirculares a lo largo de todo su perímetro, además de un talud en su base. La fortaleza nunca dispuso de foso defensivo. Al interior del castillo se accede a través de una puerta de medio punto construida en sillería y protegida por dos torres semi circulares almenados situada en el lado norte. Esta puerta permite la entrada a un estrecho pasillo que queda entre los dos lienzos de las murallas. Al recinto amurallado interior que es de mayor altura que el primero se accede por una puerta situada en el lado oeste, y desde ésta se accede al patio de armas, donde se albergaban las dependencias del castillo. Esta puerta está formada por un arco de medio punto de ladrillo reforzado por una bóveda apuntada también de ladrillo. Queda en pie en este espacio del patio de armas solamente el aljibe y la poderosa Torre del Homenaje. Sobre el perímetro de las murallas corre un camino de ronda protegido por almenas de forma rectangular, y cuatro torres, una en cada esquina siendo la mayor la conocida como torre del homenaje. A este camino de ronda se sube bien mediante una escalera de piedra de un solo tramo adosada a la torre del homenaje o través de la primera planta de la torre. En la parte interna de los muros de este lienzo de muralla encontramos unos habitáculos de función desconocida. Los lienzos de la muralla están fabricados mediante una cara externa de chapeado de mampostería y el núcleo con muros de tapial. Como hemos dicho en uno de los lados encontramos la Torre del Homenaje y sus pies, una cavidad subterránea cubierta con bóveda de cañón servía de aljibe. El aljibe en la actualidad se encuentra totalmente ennegrecido debido a los numerosos fuegos que en su interior se han realizado, ya que durante mucho tiempo el castillo estuvo abandonado y era utilizado como refugio. La Torre del Homenaje de planta cuadrada, tiene cerca de tres metros de grosor en sus muros, mientras que el total de la torre mide cerca de 20 metros de altura. La torre del homenaje en su interior tiene cuatro plantas, mientras que al exterior presenta dos partes bien diferenciadas, la inferior realizada en tapial es de época almohade, mientras que la superior ya de época cristiana está realizada en piedra de sillarejo con sus ángulos redondeados. Se separan ambos tipos de construcción mediante una moldura que circunda el perimetro, aunque la diferencia en el tipo de construcción es másque evidente, dándole un aspecto a la vez característico, extraño y bello. Se accede al interior de la torre mediante un hueco adintelado en la base de la torre a escasa altura del suelo. La primera de las plantas se cubre con bóveda de arcos entrecruzados sustentados por pechinas, la segunda planta con bóveda estrellada nervada de estilo almohade al igual que encontramos en el cercano Castillo de Biar. Estas dos salas se comunican entre si por una escalera de piedra de bóvedas apuntadas, encajada en el muro. La tercera planta se cubre con cubierta de madera reconstruida en época moderna y la cuarta con bóveda de cañón costruida en ladrillo. Estas dos salas se comunican entre si por escalera de piedra formada por arcos de medio punto en el primer tramo y de ladrillo en el tramo final. Unas pocas ventanas y algunos vanos asoman al exterior desde las torres, lo que refuerza la sensación de bastión defensivo. Las entradas a las distintas salas de la torre se realizan a través de vanos abiertos en el muro formados por arcos de medio punto. Es de destacar que la Torre del Homenaje sirvió de prisión durante la Guerra de Sucesión a la Corona de España, y de este periodo datan las numerosas pinturas o grafitis que adornan las paredes de una de las salas de esta torre. Destacan sobre todo los grafitis realizados mediante la técnica del esgrafiado que consiste en hacer aparecer en blanco las capas inferiores de la pared y dejando en negro la capa superior que normalmente estaban ennegrecidas por el humo de las antorchas. De entre estos dibujos podemos ver con claridad, palacios, el mismo castillo de Villena, cruces y edificios varios. Todas estas pinturas fueron realizados por prisioneros de guerra, algunos de los cuales eran sacerdotes, por lo que no es de extrañar la presencia de cruces pintadas en las paredes. En la terraza de la torre encontramos hasta ocho garitones volados de tradición castellana, no muy común por estas tierras. Garitones construidos en el siglo XVI. Desde la terraza se divisa toda la población de Villena y el terreno que lo circunda. Sobre los muros exteriores de la Torre del Homenaje en su parte superior podemos ver las armas de Juan Pacheco, marques de Villena dueño del castillo y constructor en el siglo XV de la parte superior de la torre del homenaje. Desde la terraza de la torre del homenaje en dirección este vemos en lo alto de una colina los restos del Castillo de Salvatierra conocido como el Castillico. Tiene su origen en el siglo X y estuvo en uso hasta el siglo XIV en que fué abandonado en favor del castillo de la Atalaya más grande y fácil de defender. El uso de esta pequeña fortificación del que en la actualidad apenas quedan restos era doble: por una parte controlaba la vía de paso del Vinalopó y por otra parte servía de enlace mediante señales entre el Castillo de Biar y el de Villena ya que la colina sobre la que se levanta queda en medio de ambos castillos. 
 
 













































































ATRAS


IMAGENES ANTIGUAS CEDIDAS POR (VILLENA CUENTAME)

VISITAS